Un bomboncito de apartamento, pequeño y coquetón. Una combinación muy atractiva de elementos como protagonista del diseño interior y las reformas de pisos de estas características. Con una historia fascinante detrás, techos altos, molduras y frescos históricos. Su ubicación en el centro de Barcelona, mezcla los toques clásicos ya presentes en la vivienda con mobiliario contemporáneo, de líneas cálidas y minimalistas.
Uno de los principales objetivos del proyecto consistió en poner en relieve las históricas pinturas al techo, sus molduras y los pavimentos hidráulicos en tonalidades pastel con tanto atractivo. A partir de esa decisión, se añadieron materiales contemporáneos pero con reminiscencias clásicas. El objetivo era generar espacios nuevos y rehabilitados, manteniendo el atractivo clásico que les caracteriza.
La madera será hilo conductor de las diferentes estancias, conviviendo de maravilla con los dorados del techo y los toques verdes del mobiliario y de los pavimentos. Los grises azulados de lámparas y sillas, con su diseño contemporánea contrastará con los techos y las contraventanas de marcado acento clásico. Generando ambientes equilibrados y sosegados. Donde la luz natural inunda sus estancias aportando una iluminación suficiente para que las pinturas del techo cobren protagonismo.
La cocina se adjunta y mimetiza en los espacios diurnos, siendo definida con acabados nobles como sus mármoles y con un sistema de armarios en madera para sus armarios altos y tonalidades neutrales para los inferiores.
El diseño del mueble central es clave para generar espacios de circulación a su alrededor. Y que a su vez ayuden a separar diferentes actividades, como la de cocina y la de sala de estar, ubicando la TV en el mueble central, con la mesa de comedor céntrica que los une. En definitiva, un claro ejemplo de reformas de pisos históricos y con un carácter clásico muy marcado, pero con grandes dosis de contemporaneidad.